Bandera Roja en su 48 aniversario |
Bandera Roja nació con el firme propósito de abrir los
caminos a la liberación nacional y social, a una democracia más avanzada que
denominamos Democracia Popular, y para sentar las bases del verdadero socialismo en nuestro país. 48 años
de duras luchas en muchísimos espacios demuestran nuestra constancia y
perseverancia para que Venezuela sea próspera, libre, independiente y soberana.
Hoy enfrentamos la mayor estafa de la era contemporánea
contra el pueblo: un régimen disfrazado de socialista y cometiendo los peores
crímenes contra toda la población, especialmente contra los trabajadores.
Responsable de la hambruna que azota a la mayoría nacional, de la diáspora de
nuestros jóvenes, de la destrucción acelerada de nuestra economía, de la
entrega de nuestras riquezas al imperialismo, especialmente a China y Rusia, y
del cuadro de penurias y de empobrecimiento general que padece nuestra gente.
La lucha que por la transformación de Venezuela hemos
librado en casi cinco décadas nos encuentra con este desastre, con esta penosa
y dramática situación, con esta crisis general que no será superada mientras el
país siga gobernado por este liderazgo mafioso, corrupto, indolente, mentiroso
y sanguinario. No hay justificación valedera por el daño causado y de ello
deberán rendir cuentas muy pronto sus principales capitostes. Tampoco podrán
evadirse de la responsabilidad por impedir las salidas pacíficas,
constitucionales, electorales y democráticas.
Como uno de los actos de mayor violencia contra la nación,
han impuesto una asamblea constituyente aplastando la Constitución y despojando
al pueblo de su soberanía. Utilizan el diálogo como una táctica engañosa para
ganar tiempo y retocar con barniz su dictadura. Sin embargo, ante el mundo y
ante nuestro pueblo se ha desnudado su verdadero carácter antidemocrático y
asesino. Por ello la solidaridad y el apoyo de los pueblos y naciones del mundo
siempre serán bienvenidos, aunque sabemos que lo principal es confiar en las
propias fuerzas del pueblo, en una política que conjugue diferentes líneas de
acción que confluyan todas en la búsqueda del desplazamiento de esta mafia
gubernamental.
No es tiempo de lamentarnos. Para salir de esa pesadilla,
debemos aprender de los errores, ubicarnos en la realidad concreta y
disponernos a construir la victoria. Ahora le toca al pueblo, al protagonismo
social a los miles de dirigentes que van surgiendo de las luchas. Allí está la
fuerza para producir el cambio político. Vivimos tiempos difíciles. Estamos
ante la inminencia de estallidos sociales de impredecibles consecuencias. La
hambruna y todo el drama social que azota a la mayoría nacional se han tornado
insoportables. El descontento toma expresiones cada vez más airadas y vuelve a
tomar la protesta de calle. Las acciones espontáneas son recibidas con simpatía
por la gente. Incluso son bien vistos aquellos reclamos que se hacen
estimulados por factores del oficialismo.
Esta conmemoración 48 aniversario la hacemos en momentos en
que denunciamos la saña asesina del Gobierno de Maduro mostrada en la vil
masacre cometida en El Junquito contra un grupo de jóvenes rebeldes que habían
anunciado su disposición a entregarse y someterse a la fuerza pública.
Reivindicamos además la valentía de Óscar Pérez y sus compañeros, y creemos que
su sacrificio no será en vano, que la ofrenda de sus vidas, en vez de crear
desmoralización en las filas de quienes nos oponemos a este oprobio, se transformará
en acicate para acerar la fibra de lucha de nuestro pueblo.
Debemos hacer esfuerzos urgentes por reconstruir una unidad
mucho más incluyente y esperanzadora. Una unidad con una clara estrategia para
enfrentar y derrotar al régimen en todos los espacios. Una unidad que sepa
conjugar las fuerzas partidistas con las fuerzas sociales en sus distintas
formas de organización. Una unidad que articule todas las fuerzas del cambio y
que tenga la capacidad y la sabiduría para hacer confluir la diversidad de
formas de lucha en un mismo torrente hacia el cambio. Una unidad que deseche el
sectarismo, la mezquindad y el egoísmo. Una unidad que se aparte de diatribas
estériles y fratricidas y supere las ambiciones personalistas y partidistas. En
fin, una unidad que pueda dirigir el enorme caudal de descontento hacia la
reconstrucción de nuestro país.
Es la hora de una nueva oleada de #RebeliónDemocrática. Hay
que levantar un gran movimiento de masas junto con la afirmación de una
extendida plataforma de asambleas populares, ciudadanas, obreras, campesinas,
estudiantiles, gremiales, para que la acción política sea sostenible y se
convierta en un poder de base. En un instrumento eficaz para generar la presión
suficiente para el cambio.
Urge en definitiva un nuevo orden en la sociedad venezolana,
radicalmente distinto al actual. Quienes militamos en @Bandera_Roja estaremos,
como siempre lo hemos hecho, en la calle y junto al pueblo, labrando un camino
de unidad y de lucha, que promueva el cambio urgente y la construcción de un
nuevo poder político, democrático y popular, que construya la verdadera paz: la
paz de la dignidad, el bienestar y la democracia de la gente.
Rebélate o te matarán de hambre
Desechar las ilusiones y prepararse para la lucha
Ahora le toca al pueblo
#AbajoLaDictaduraAsesina
Bandera Roja (resistencia)
Caracas, 20 de enero de 2018