Partido Bandera Roja

Saludos bienvenidos tod@s al blog del Regional Lara Argimiro Gabaldón del Partid Bander Roj (BR) que lucha y trabaja por la Unidad el Progreso y la Soberanía en Venezuela

domingo, 22 de abril de 2012

“Ellos se Atrevieron”

“Ellos se Atrevieron”

“No se trata de esta o aquella cuestión secundaria sobre tácticas, sino de la capacidad de acción del proletariado, su fuerza para actuar, de la voluntad de poder del socialismo como tal. A este respecto, Lenin y Trotsky y sus compañeros fueron los primeros, los que avanzaron a la cabeza como ejemplo para el proletariado del mundo: son todavía los únicos que hasta el momento pueden gritar: ¡Me he atrevido!” Rosa Luxemburgo


“En el documental “Ellos se Atrevieron” podremos apreciar todo el proceso revolucionario en Rusia. Es una gran clase de historia revolucionaria que comienza con las revueltas del 1905, pasando por las dos revoluciones de 1917, la guerra civil y el establecimiento del Gobierno Soviético.

“Ellos se Atrevieron” nos muestra la urgencia de un partido político revolucionario que impulse la realización de una Revolución Socialista. Demuestra también que no es posible que sobreviva la Revolución Socialista en un solo país, esta tiene que ser internacional.

Pero sobretodos las cosas, los que se atrevieron en su época nos dejaron claro que sólo la fuerza resuelta de las trabajadoras y trabajadores consientes de la clase a la que pertenecen, pueden extinguir las contradicciones del capitalismo, creando el socialismo.

Ellos se atrevieron: La Revolución Rusa de 1917 from tvpts on Vimeo.

domingo, 15 de abril de 2012

viernes, 13 de abril de 2012

Carta a Arnold Ruge



Carta a  Arnold Ruge

C. Marx

Carta a
ARNOLD RUGE


Esta es la tercera de la serie de cartas que Marx [25 años] escribió a su amigo, Arnold Ruge, en 1843 – como así también es la última carta de las ocho que intercambiaron. Marx y Ruge incluirían toda la serie en la primera y única edición de su empresa conjunta, la Deutsch-Franzosische Jahrbucher (ANALES FRANCO ALEMANES), febrero de 1844.
 
Esta carta de Marx es en respuesta a la carta anterior de Ruge, en la que este último se proclamó a sí mismo ateo y un vigoroso defensor de los "nuevos filósofos".
 
 
De Marx para Ruge
Kreuznach, septiembre de 1843

Me alegra que se haya decidido y que, habiendo dejado de mirar el pasado, esté dirigiendo sus pensamientos hacia un nuevo proyecto. Y por ende, hacia Paris, hacia la vieja universidad de filosofía - ¡Absit omen![1] (que no sea un mal augurio) – y la nueva capital del nuevo mundo. Lo necesario está aconteciendo. No tengo dudas, por lo tanto, de que será posible superar cualquier obstáculo, cuya importancia reconozco. 

En cualquier caso, sea posible o no la concreción del proyecto, estaré en París a fin de mes, ya que la atmósfera aquí lo convierte a uno en siervo, y en Alemania no veo ninguna posibilidad para la actividad libre.
En Alemania, todo es suprimido por la fuerza; una verdadera anarquía de la mente, el reino de la estupidez misma, prevalece allí, y Zúrich obedece órdenes de Berlín. Por esto, se vuelve cada vez más obvia la necesidad de buscar un nuevo punto de concentración para el pensamiento genuino y las mentes independientes. Estoy convencido de que nuestro plan responde a una necesidad real, y después de todo, las necesidades reales deben poder satisfacerse en la realidad. Por esto, no tengo dudas acerca de esta iniciativa, siempre y cuando se la lleva acabo seriamente

Las dificultades internas parecen ser mayores que los obstáculos externos. Si bien no caben dudas en cuanto a “de dónde”, gran confusión prevalece en la cuestión “hacia dónde”. No sólo se ha instalado un estado de anarquía general entre los reformistas, sino que todos deberán admitir que no tienen idea exacta de lo que ocurrirá en el futuro. Por otro lado, es precisamente una ventaja de la nueva tendencia la de no anticipar dogmáticamente el mundo, sino que sólo queremos encontrar el nuevo mundo a través de la crítica del viejo. Hasta el momento, los filósofos han tenido la solución de todos los enigmas guardada en sus escritorios, y al estúpido mundo exotérico sólo le bastaba abrir su boca para que cayeran en ella las palomas asadas del conocimiento absoluto[2] . Hoy la filosofía se ha secularizado, y la prueba más contundente es que la misma conciencia filosófica ha sido arrastrada al tormento de la lucha, no sólo externa sino también internamente. Pero, si construir el futuro y asentar todo definitivamente no es nuestro asunto, es más claro aún lo que, al presente, debemos llevar a cabo: me refiero a la crítica despiadada de todo lo existente, despiadada tanto en el sentido de no temer las consecuencias de la misma y de no temerle al conflicto con aquellos que detentan el poder.

Por lo tanto, no estoy a favor de levantar ninguna pancarta dogmática. Por el contrario, debemos ayudar a los dogmáticos a ver claro sus propias proposiciones. Así, el comunismo, particularmente, es una abstracción dogmática. Sin embargo, no estoy pensando en un comunismo imaginario y posible, sino un comunismo que de hecho existe, como aquel que profesan Cabet, Dézamy, Weitling, etc. Es este comunismo solamente una forma particular del principio humanista, aún contaminada por su propia antítesis – el sistema privado. De allí que la abolición de la propiedad privada y el comunismo no son bajo ningún punto idénticos, y no es accidental sino inevitable, que el comunismo haya visto otras doctrinas socialistas – como aquellas de Fourier, Proudhon, etc.- surgir para confrontarlo porque él es en sí mismo sólo una forma especial y unilateral del principio socialista

Y todo el principio socialista a su vez es sólo un aspecto, en lo que respecta a la realidad del verdadero ser humano. Pero debemos prestar igual atención al otro aspecto, a la existencia teórica del hombre, y por ende, hacer que la religión, la ciencia, etc. sean el objeto de nuestra crítica. Además, queremos influenciar a nuestros coetáneos, especialmente a los alemanes. Surge la pregunta: ¿cómo comenzar? Hay dos cuestiones innegables. En primer lugar la religión, y luego la política -son los dos temas que más interesan a la Alemania de hoy. Debemos tomarlos, de cualquier manera que se nos presenten, como nuestro punto de partida, y no confrontarlos con algún sistema ya terminado como ser el de Voyage en Icarie. [Etienne Cabet, Voyage en Icarie. Roman philosophique et social.]

La razón ha existido siempre, pero no siempre bajo su forma razonable. El crítico puede por lo tanto comenzar por cualquier forma de conciencia teórica y práctica y por las formas peculiares de la realidad existente, para desarrollar la verdadera realidad como su obligación y fin último. En cuanto a la vida real, es precisamente el estado político –en todas sus formas modernas- el que, aún cuando no está conscientemente imbuido en las exigencias socialistas, contiene las exigencias de la razón. Y el estado político no se detiene allí. Por todas partes supone que la razón ha sido materializada. Pero precisamente por esto es que cae siempre en la contradicción entre su función ideal y sus prerrequisitos reales.

Partiendo de este conflicto del Estado político consigo mismo, es posible desarrollar la verdad social. Así como la religión es un registro de las luchas teóricas de la humanidad, el Estado político es un registro de las luchas prácticas de la humanidad. Por ende, el estado político expresa, dentro de los límites de su forma sub specie rei publicae (desde el punto de vista político) todas las luchas, necesidades y verdades sociales. Entonces, tomar como objeto de crítica una de las cuestiones políticas más específicas – tal como la diferencia entre el sistema basado en Estado social y el sistema representativo– no está por debajo de hauteur des principles (el nivel de los principios). De hecho, esta cuestión sólo expresa, de manera política, la diferencia entre el poder del hombre y el poder de la propiedad privada. Por esto, el crítico no sólo puede, sino que debe lidiar con estas cuestiones políticas (que, de acuerdo a los socialistas extremos, no son dignas de atención). Al analizar la superioridad del sistema representativo sobre el social-estatal, la crítica, de manera práctica, gana el interés de un gran grupo. Al elevar el sistema representativo de su forma política a la forma universal y al acentuar la verdadera importancia que subyace a este sistema, el crítico obliga al mismo tiempo a este grupo a ir más allá de sus confines, ya que su victoria es a la vez su derrota.

Por lo tanto, nada nos impide convertir en el punto de partida de nuestra crítica, a la crítica de la política, a la participación en la política, y por ende, a las luchas reales, e identificar nuestra crítica con ellas. En ese caso, no nos enfrentamos al mundo en actitud doctrinaria, con un nuevo principio: ¡Esta es la verdad, arrodíllense ante ella! Desarrollamos nuevos principios para el mundo a base de los propios principios del mundo. No le decimos al mundo: termina con tus luchas, pues son estúpidas; te daremos la verdadera consigna de lucha. Nos limitamos a mostrarle al mundo por qué está luchando en verdad, y la conciencia es algo que tendrá que asimilar, aunque no quiera.

La reforma de la conciencia consiste solamente en hacer que el mundo sea consciente de su propia consciencia, en despertarlo de la ensoñación que tiene de sí mismo, de explicarle el significado de sus propias acciones. Nuestro objetivo general no puede ser otra cosa que –como también lo es para la crítica de la religión de Feuerbach- darle a los problemas religiosos y filosóficos la forma que le corresponde al hombre, que se ha vuelto consciente de sí mismo.

Entonces, nuestro lema deberá ser: la reforma de la conciencia, no por medio de dogmas, sino a través el análisis de la conciencia mística, ininteligible a sí misma, ya sea que se manifieste en su forma religiosa o política. Luego será evidente que el mundo ha estado soñando por mucho tiempo con la posesión de una cosa de la cual, para poseerla realmente, debe tener consciencia. Será evidente que no se trata de trazar una línea mental entre el pasado y el presente, sino de materializar los pensamientos del pasado. Finalmente, será evidente que la humanidad no está comenzando una nueva tarea, sino que está llevando a cabo de manera consciente su vieja tarea.

En resumen, podemos formular la tendencia de la revista: la autoconsciencia (filosofía crítica) por parte del presente de sus luchas y deseos. Ésta es una tarea para el mundo y para nosotros. Sólo puede ser la tarea de fuerzas unidas. Requiere de una confesión y nada más. Para asegurar el perdón de sus pecados, la humanidad sólo debe declararlos tal y como son.

sábado, 7 de abril de 2012

A 10 años del 11 de abril


El material que hoy  les publico fue elaborado por BR desde una perspectiva revolucionaria socialista. De un partid de oposición como lo es BR. Este material contiene no solo el análisis de lo ocurrido el 11 de abril también contiene los hechos sitios y personas más relevantes de esos días. La revista es del 2003 pero su vigencia es indudable.

  enlace a la revista

lunes, 2 de abril de 2012

A 30 años de la guerra de las Malvinas


Entre la guerra del 82 y el petróleo de 2016
por FELIPE SAHAGÚN

Treinta años después de la guerra de los 73 días que, entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982, enfrentaron a Argentina y a Reino Unido por el control de las Malvinas, las más de 700 islas que forman el archipiélago controlado por los británicos desde 1833, en su mayor parte desiertas, están mejor defendidas que nunca. Con unos 1.300 soldados, uno de los destructores más modernos (el Dauntless) de camino, un submarino nuclear (seguramente sin ojivas) y un escuadrón de aviones Typhoon, Reino Unido deja claro que no tiene ninguna intención de negociar la soberanía y, mucho menos, de ceder su control.

La denuncia de militarización de la zona, repetida durante meses por la presidenta Cristina Kirchner y presentada oficialmente el 10 de febrero de 2012 por el embajador Héctor Timmerman en Naciones Unidas, no ha recibido ningún apoyo importante. Nadie se ha ofrecido como mediador y el departamento de Estado, por medio de su portavoz, Victoria Nuland, se ha puesto, como era de esperar, al lado de su principal aliado.

Londres niega la militarización, califica de rutinario el despliegue del Dauntless y del submarino nuclear, e insiste, igual que sobre Gibraltar, que cualquier cambio del estatus de Malvinas —Falklands— depende de los malvinenses (kelpers): unos 3.145, con una de las rentas más altas del mundo (64.000 dólares) gracias a las licencias de pesca, que representan aproximadamente la mitad de los ingresos: unos 200 millones de dólares en 2011.

Argentina, que siempre ha reclamado la soberanía sobre las islas como herencia de la Corona española, ha endurecido su posición y ha multiplicado sus críticas desde que, a comienzos de 2010, las autoridades locales, siempre guiadas por Londres, empezaron a hacer concesiones unilaterales a empresas británicas para la exploración de gas y petróleo. Como señala Daniel Montamat, ex presidente de YPF, con 13.700 barriles por día, lo mínimo que se espera sacar a partir de 2016 si se cumplen las previsiones, la renta de las islas aumentaría en unos cien millones de dólares, más que suficiente para que a Londres le saliera gratis su defensa y se planteara en serio un cambio de estatuto, tal vez pensando en un estado libre asociado como Puerto Rico. «Las concesiones unilaterales de licencias de explotación (...) son una escalada del conflicto, pero pueden transformarse en la punta del ovillo para retomar el diálogo», explica Montamat. «Bajo el paraguas de la soberanía, las negociaciones deberían orientarse a la discusión de la renta del petróleo que puede extraerse en la zona». Las empresas británicas ya han invertido 1.500 millones de dólares en varias plataformas de exploración y tienen previsto invertir otros 2.000 millones en los próximos años.

Brasil, probablemente, ha tomado un partido mucho más explícito por Buenos Aires porque no quiere a los británicos tan cerca de sus yacimientos. Como únicas armas de presión, aparte de la retórica, por ahora inútil cuando no contraproducente, Kirchner ha conseguido declaraciones de apoyo de las principales organizaciones regionales y de los países latinoamericanos, y trata por todos los medios no militares de elevar el precio de la colonia para los británicos. Ha prohibido el amarre en puertos argentinos de los barcos que participen en la explotación de recursos naturales en las islas y dos países vecinos (Brasil y Uruguay) se han solidarizado con dicha sanción. La gobernadora de Tierra de Fuego, Fátima Ríos, siguiendo instrucciones de Casa Rosada, ha prohibido a dos cruceros atracar en Ushuaia y el ministro argentino de Industria ha pedido el boicot de los productos británicos. La respuesta de Londres no se ha hecho esperar y la UE ha advertido a Buenos Aires que, como espacio comercial integrado, cualquier boicot de productos británicos se considerará un boicot de todos los productos europeos y la UE responderá en consecuencia.

La solidaridad expresada por cantantes como Serrat, Sabina y, sobre todo, por ser británico, Roger Water —los tres en giras de conciertos por Argentina en marzo de 2012— alimenta el sentimiento casi unánime de los argentinos a favor de su reclamación, pero no avanza un centímetro la solución del conflicto. Consciente de los riesgos de calentar demasiado la hoguera, la propia Kirchner ha propuesto a Londres renegociar los acuerdos de vuelos —prohibidos desde Argentina a partir de 1982 y sustituidos por un vuelo semanal desde Punta Arenas (Chile) que, una vez al mes, hace escala en Río Gallegos— para iniciar tres vuelos semanales de Aerolíneas Argentinas desde Buenos Aires. Londres y la Autoridad de las Malvinas no se fían.

Aniversarios como el de este año, con viajes de parlamentarios británicos especializados en defensa y, mucho más importante por su valor simbólico, las seis semanas que el príncipe Guillermo permaneció en Malvinas combinando entrenamiento militar y gestos de apoyo, sólo sirven para atizar la hostilidad y reabrir heridas. Los dirigentes argentinos lo ven como otra provocación, a la que tienen que responder. El 14 de febrero, en Clarín, el internacionalista Jorge Castro atribuía la reactivación del conflicto diplomático en los últimos meses a cuatro factores: el nuevo contexto internacional tras la crisis financiera global de 2008; la probada riqueza pesquera y, sobre todo, la posible riqueza petrolífera de la zona; la recobrada influencia de Argentina en la región; y la autonomía creciente de la Autoridad Política de las islas. Otros ven en la tensión actual intentos de uno y otro país de desviar la atención de sus problemas internos. En Argentina algunos han visto siempre en las raíces de los Kirchner, en la Patagonia, la región argentina más próxima al archipiélago, una explicación de su interés especial por mantener vivo el conflicto.

Afirmar que ha terminado la hegemonía unipolar estadounidense y que «su lugar lo ocupa ahora una nueva plataforma de gobernabilidad del sistema mundial, el G-20 (…), de la que Argentina es miembro» encierra una parte de verdad y, a la vez, es una simplificación de una realidad mucho más compleja. Deducir de ello que Argentina está en mejores condiciones que hace 30 años para ganar al Reino Unido en un pulso, diplomático o militar, sobre las Malvinas, sería otro trágico error que no depararía nada bueno para Argentina ni para sus amigos, entre los que se encuentra España, primer inversor hoy en el país.



Pensar que, con el desplazamiento del centro neurálgico global hacia Asia y el Pacífico, Reino Unido —por su necesidad creciente de los mercados asiáticos y brasileño— no volvería a impedir con todos sus medios un cambio forzado del estatuto internacional de las Malvinas sería otro trágico error, que la democracia argentina de hoy pagaría tan caro o más que la dictadura militar de Galtieri en 1982. Como democracia y productor importante de alimentos, Argentina está mejor situada en el sistema internacional hoy que entonces, pero no para enfrentarse a Reino Unido. Si lo hace, volvería a encontrarse sólo con el apoyo retórico de América Latina. La UE, la OTAN, EEUU y las grandes potencias asiáticas no moverían un dedo en su favor, como no lo hicieron hace 30 años. Dejando su futuro, como el gibraltareño, a su voluntad, Reino Unido mata dos pájaros de un tiro: se carga de razón moral y democrática, y sigue controlando un territorio estratégico.

Si todas las guerras árabe-israelíes, menos la de la independencia (1948), se pueden explicar por el control del agua, las principales tensiones entre Argentina y Reino Unido por las Malvinas desde la llegada de los Kirchner a la Casa Rosada en 2003 están relacionadas con el petróleo. Tras la derrota de 1982, la petrolera argentina YPF perdió el monopolio en el suministro de energía a las islas y la aerolínea LADE el servicio exclusivo de vuelos que había tenido desde Comodoro Rivadavia a Puerto Argentino (Port Stanley) desde 1971. Tras confirmarse la posibilidad de unas reservas de 60.000 millones de barriles en el subsuelo del espacio marítimo del archipiélago, Londres y Buenos Aires firmaron un acuerdo en 1995 que fijaba los términos de exploración y explotación de dichos recursos, pero Argentina se retiró unilateralmente del pacto en 2007.

Para Reino Unido, gobernado hoy por el mismo partido conservador que abanderó, con Margaret Thatcher en Downing Street, la respuesta militar masiva del 82, el 30 aniversario es una oportunidad de reafirmarse como gran potencia a pesar de los cambios neurálgicos en el sistema internacional de los últimos decenios. En lo que los kelpers llaman el campo, el príncipe verá de primera mano por qué nadie —franceses, españoles, argentinos y, finalmente, británicos— se tomó en serio durante siglos unas islas en las que, en 1982, por la locura de una dictadura criminal obsesionada por legitimarse con una guerra nada menos que contra la segunda potencia militar del mundo, se perdieron 907 vidas en nueve semanas: 649 argentinas, 255 británicas y tres de civiles malvineses.

Sin la esperanza del petróleo y la riqueza pesquera, Malvinas seguiría siendo un pueblo, Puerto Stanley, rodeado de ariscos, rocas peladas, sin apenas un árbol, medio millón de ovejas y un puñado de pastores, atracción turística por sus colonias de leones marinos y pingüinos, y poco más. En el pueblo (town), el príncipe tuvo la oportunidad de visitar la cárcel, con dos o tres presos, la comisaría, el café-salón de té, el campo de fútbol y una escuela de primaria y otra de secundaria, con un total 250 alumnos que, en este curso, por primera vez, estudiarán español como asignatura obligatoria.

Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles

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